Vivimos, corrimos, sufrimos y disfrutamos la mmB
Por. Nixon Carranza
Vivimos la mmB |
Luego de 6 meses de preparación, dentro de los cuales sufrí una fascitis plantar que me detuvo durante un poco más de 60 días, afronté la Media Maratón de Bogotá, segunda vez que me le medía a los 21 kilómetros de recorrido. El resultado: mucho mejor que la primera vez pero no logré mi objetivo de tiempo, la razón: hay que seguir el consejo de los expertos "calentar antes de correr".
El 30 de julio llegó la tan anhelada cita por todos los amantes del atletismo en Bogotá y Colombia, la mmB en su edición 2023, una fiesta deportiva a la cual todos estábamos invitados para afrontar la distancia de 21 kilómetros o la de los 10k. Una verdadera congregación que acogió a más de 38 mil personas en el Parque Metropolitano Simón Bolívar.
En la élite el marroquí Omar Ait Chitachen y Daisy Kimeli, de Kenia, se llevaron los honores de la edición 23 de la media maratón de Bogotá, mientras que en los 10k Andrés Peña y Angie Nocua resultaron victoriosos.
Entre de los más de 17.000 deportistas que afrontaron la distancia más larga estaba yo, identificado con el número 11188 y con toda la actitud para disfrutar la carrera. Sin embargo, el haber llegado tarde, no realizar el calentamiento adecuado y salir a correr al máximo ritmo posible me pasaron factura de corbo pese a la preparación que había hecho.
Así la preparamos
La puesta a punto para la edición 23 de la mmB inició (por lo menos mentalmente) cuando finalizó la del año 2022 que se cumplió en el mes de octubre y la cual fue mi primera cita con una carrera larga, logré un registro de 2 horas 44 minutos y 57 segundos. Allí me propuse que para el próximo año volvería a afrontarla y bajaría mi tiempo.
Ese mismo año hice algunas carreras cortas de 5, 6 y 7 kilómetros, además participé en dos citas de 15k, una en Bogotá y la otra en Guasca. Mi 2022 de atletismo lo cerré el 29 de diciembre con 5 kilómetros recreativos.
Por las festividades de fin de año detuve mi entrenamiento durante unos días e inicié lo que sería la preparación para la mmB 2023 el 31 de enero corriendo 5 kilómetros, obviamente a un ritmo muy lento pero sin dejar de entrenar cada semana por lo menos tres días.
La primera cita competitiva del año llegaría el 19 de marzo con la carrera nocturna de 10 kilómetros y en la cual establecí mi segundo mejor tiempo personal para la distancia y aun ritmo que me indicaba que estaba haciendo una buena preparación.
Continuando con el plan de entrenamiento debía hacer una distancia larga y fue así como el 16 de abril decidí cubrir la disancia para la cual me estaba preparando pero sin presiones sino simplemente para medir sensaciones. 21 kilómetros aun ritmo promedio de 7.01 por kilómetro y con un tiempo total de 2:29:57. Totalmente emocionado, había bajado mi tiempo y en un entrenamiento.
La facsitis, el dolor en la planta y el corazón
Luego de haber tenido esa inmensa alegría de haber mejorado mi tiempo de media maratón el entrenamiento continuó semana tras semana. El 7 de mayo, luego de haber hecho mi segundo mejor tiempo en la distancia de 15 kilómetros, llegó el presagio de algo malo, una punzada en la planta del pie derecho me hacía temer lo peor, una lesión.
Un dolor que no disminuía y que aumentaba al punto de impedirme caminar me obligó a ir al médico. El diagnóstico fue una fascitis plantar causada por el uso de unos zapatos ajustados y una falta de estiramiento adecuado luego del ejercicio. 20 días sin entrenar.
Todo el esfuerzo, todo el entrenamiento, la dedicación y la ilusión parecían irse al piso, recuperarse de una lesión, sea cual sea, y retomar no era nada fácil y ya estábamos a tan solo dos meses de la mmB. La frustración reinaba en la cabeza y en el corazón un profundo dolor.
Todo el esfuerzo perdido por no llegar a tiempo.
El 26 de mayo pude volver a correr algo, tan solo fueron 5 kilómetros pero sentí el alma volver al cuerpo. Estaba feliz de poder tener mi cita con el asfalto. De ahí en adelante fui más disciplinado con los calentamientos, el calzado y la recuperación, estaba dispuesto a cuidarme más para poder lograr mi objetivo.
Los tiempos eran perfectos para mi propósito, estaba corriendo a 6.20 en promedio cada kilómetro y lo cual me hacía creer que podría hacer la media maratón en 2 horas 15 minutos. Cada vez estaba más cerca de mi propósito, el 18 de junio volví a marcar mi mejor marca personal en la distancia, esta vez fueron 2:33:27, la alegría era inconmensurable y el 9 de julio de nuevo superé el cronómetro, esta vez con una maravilloso 2:31:43, si o si mi tiempo iba a ser mejor en la mmB.
Llegó el día esperado, la ansiedad no me dejó dormir bien, además de una serie de situaciones que me dieron vueltas en las cabeza hasta altas horas de la noche, hicieron que el descanso no fuera del todo el adecuado.
La partida para los corredores de la distancia de 21 kilómetros era a las 9:30 de la mañana, llegué a las 9:15 y de una a buscar el callejón de salida. Nada de calentamiento, nada de estiramiento, nada de puesta a punto, solo empezar a correr y esperar que nada malo pasara.
Desde el inicio el ritmo fue adecuado, tanto en los 5, como en los 10 estaba por encima de mis mejores registros, ya al llegar a los 15 kilómetros el ritmo empezó a bajar, las sensaciones no eran las mismas y el cuerpo se empezaba a resentir. El dolor en las piernas incrementaba, la posición ergonómica no ayudaba y empezaban los dolores en la parte baja de la espalda.Los últimos tres kilómetros fueron un dolor continuo, no solo físico sino también mental. Toda la preparación, toda la dedicación tirada al suelo por no haber llegado a tiempo para realizar un adecuado calentamiento. Al final crucé la meta con un tiempo de 2 horas 32 minutos 17 segundos, no bajé mi mejor tiempo y estuve muy lejos de mi objetivo de hacerlo en dos horas y 15 minutos.Pese al dolor y la frustración personal, la mmB es una carrera para gozarla, afrontar cualquiera de las dos distancias y estar rodeado por cerca de 40 mil personas es una experiencia inigualable, desde ya a preparar la cita para el 2024.
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